A message from Rev. Moisés Agudo
¡Felices Pascuas de nuestro Señor Jesucristo! Es lógico que, esta mañana, nos abrumen los recuerdos de la noche anterior. La Vigilia es siempre una gran fiesta de luz y oración. Hoy, sin embargo, esta “Misa del día” nos puede haber parecido OTRA MISA DE CELEBRACIÓN DOMINICAL. el bello texto de la Secuencia Las lecturas son menos -muchas menos- que en la Vigilia, y aunque destaca con mucha fuerza, parece como si quedaran atrás esos relatos completos de la Pasión, como el Domingo de Ramos o el Jueves Santo, en las diez lecturas con sus correspondientes salmos esta noche Y sin embargo, la conmemoración de hoy tiene la importancia de abrir otro período prodigioso de nuestra vida cristiana: El Tiempo pascual refleja ese período de cincuenta días en los que Jesús dio sus últimas enseñanzas a sus discípulos. Los estaba preparando para algo más definitivo, que era la llegada del Espíritu Santo Y por supuesto para SU SALIDA al cielo. El Evangelio de San Juan El evangelista describe la escena y la posición -vendas y sudario- de los elementos que había en la gruta "Y vio y creyó". Ese es el OBJETIVO: la Resurrección como ingrediente total del fortalecimiento de la fe en Cristo, como Hijo de Dios, es lo que Juan nos expresa en su evangelio de hoy. Y es lo que, igualmente, nos debe quedar a nosotros, que tenemos que contemplar la escena con los ojos del corazón, y abrirnos más a NUESTRA fe en el Señor Jesús. Hoy hemos visto y hemos creído y por eso damos testimonio como Pedro. Promesas mesiánicas cumplidas: “Hoy comienza una nueva era, las lanzas se convierten en podaderas, los arados nacen de las armas y los oprimidos son liberados”. Todo esto será posible si resucitamos con vosotros, si caminamos en una vida nueva y buscamos los bienes de lo alto. Proclamo mi fe en el Dios de la vida que ha resucitado a Jesús de entre los muertos. Jesús es el "Viviente", luz de luz, vida de vida, primogénito de la nueva creación. De poco serviría vuestra resurrección si no resucito con vosotros y vivo "mi Pascua", el paso de la muerte a la vida, del pecado y el desamor a la gracia y al amor. Le has dado un nuevo sentido a la vida, ya no temo a la muerte. Inclinémonos con alegría ante estos grandes misterios que se nos han presentado en estos días. meditemos en ellas y tengamos la esperanza: la gloria de Jesús llegará un día a nosotros, a nuestros cuerpos el día de la Resurrección de todos. Hermanos, seguimos celebrando la alegría y el gozo inmenso de la Vigilia Pascual: ¡el Señor ha resucitado! ¡Aleluya! ¡Feliz Pascua 2022! ¡El Señor ha pasado de muerte a vida! ¡Aleluya! ¿Silenciar todo esto y dejar el protagonismo al Viernes Santo? ¡De ninguna manera! ¡La tumba abierta es más fuerte que la cruz manchada de sangre! -Rdo. Moisés Agudo
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¡Feliz Pascua de Nuestro Señor Jesucristo! Es lógico que, en esta mañana se nos agolpen los recuerdos de anoche. La Vigilia es, siempre, una gran fiesta de luz y de oración. Hoy, sin embargo, esta "Misa del Día" nos ha podido parecer la celebración más como las otras misas de otros días. Las lecturas son menos -muchas menos- que en la Vigilia, y aunque destaca poderosísima mente el bello texto de la Secuencia, pues parece como si quedaran atrás esos relatos completos de la Pasión, como el Domingo de Ramos o el Jueves Santo, a las diez lecturas con sus correspondientes salmos de esta noche. Y, sin embargo, la conmemoración de hoy tiene la importancia de abrir otro periodo prodigioso de nuestro quehacer de cristianos: el Tempo Pascal. Este tiempo no refleja otra cosa--y no es poco- que aquel periodo de cincuenta días en los que Jesús dio sus últimas enseñanzas a los discípulos. Les preparaba para algo más definitivo que era la llegada del Espíritu Santo. Y desde luego para su marcha a los cielos.  El Evangelio de San Juan Describe el evangelista la escena y la posición -vendas y sudario- de los elementos que había en la gruta."Y vio y creyó". Esa es la cuestión: la Resurrección como ingrediente total del afianzamiento de la fe en Cristo, como Hijo de Dios es lo que nos expresa Juan en su evangelio de hoy. Y es lo que, asimismo, nos debe quedar a nosotros, que hemos de contemplar la escena con los ojos del corazón, y abrirnos más de par en par a la fe en el Señor Jesús. Hoy hemos visto y hemos creído y por eso damos testimonio como Pedro. Se hacen realidad las promesas mesiánicas:  "Hoy empieza una nueva era, las lanzas se convierten en podaderas, de las armas nacen arados y los oprimidos son liberados". Todo este será posible si resucitamos contigo, si andamos en una vida nueva y buscamos los bienes de arriba. Yo proclamo mi fe en el Dios de la vida que ha resucitado a Jesús de entre los muertos. Jesús es el "Viviente", luz de luz, vida de la vida, primogénito de la nueva creación. Serviría de poco tu resurrección si yo no resucito contigo y vivo "mi Pascua", el paso de la muerte a la vida, del pecado y el desamor a la gracia y al amor. Tú has dado un nuevo sentido a la vida, ya no temo a la muerte. Guardemos una alegre reverencia ante estos grandes misterios que se nos han presentado en estos días. Meditemos sobre ellos y esperemos: la gloria de Jesús un día llegará a nosotros mismos, a nuestros cuerpos el día de la Resurrección de todos.  Hermanos, seguimos celebrando la alegría y el gozo inmenso de la Vigilia Pascual: ¡Ha resucitado el Señor! ¡Aleluya! ¡Feliz Pascua 2022! ¡El Señor ha pasado de la muerte a la vida! ¡Aleluya! ¿Acallar todo esto y dejar el protagonismo al Viernes Santo? ¡De ningún modo! ¡Puede más el sepulcro abierto que cruz teñida de sangre! -Rev. Moisés Agudo
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